miércoles, 28 de septiembre de 2011

Codependencia e Integración del Niño Interior

Todos anhelamos tener relaciones sinceras, íntimas y nutritivas, pero nos cuesta crearlas y mantenerlas, porque cuando nos abrimos a alguien, antes o después, se despiertan nuestras inseguridades, corazas, heridas y carencias más profundas.
Cuando no abordamos adecuadamente estas dificultades, provocan conflicto, desconfianza, resentimiento, luchas de poder, aislamiento o dependencia, saboteando la amistad, el amor y  la intimidad. A esta dinámica la llamamos codependencia.
La codependencia también puede manifestarse como un rechazo o una barrera al amor y la intimidad, o como miedos paralizantes, sentimientos de desvalorización, desconexión de nuestro poder y energías creativas, o la incapacidad de abrirnos al cambio –de dejar personas o situaciones que nos producen sufrimiento–, de avanzar en nuestro proyecto vital y sentirnos realizados.
El origen de nuestra codependencia reside en las experiencias no integradas de nuestra infancia que de adultos proyectamos inconscientemente en la pareja, en los amigos y en las figuras de autoridad. Experiencias pasadas que nos marcaron y que condicionan negativamente nuestro presente en forma de miedos, bloqueos, sentimientos de incomprensión, vergüenza o abandono...

Sanación del Niño Interior


Detrás de la personalidad de adulto tenemos una base emocional muy vulnerable y sensible marcada por las experiencias traumáticas de nuestra infancia. A esta parte de nuestro interior la llamamos: el niño/a interior. En nuestra vida cotidiana el niño interior percibe y interactúa con el mundo que le rodea dirigiendo inconscientemente nuestras emociones y nuestro comportamiento.
El desconocimiento, la negación o la minimización de nuestro niño interior herido –de nuestra base emocional–, hace que atraigamos personas o circunstancias que no colman nuestras necesidades, que a menudo nos sintamos rechazados o traicionados, que desarrollemos relaciones que generan dependencia, desconfianza, resentimiento, sentimientos de culpa o impotencia. O que tratemos de aliviar nuestra frustración o inseguridad con comportamientos adictivos, encerrándonos en nuestro propio mundo, refugiándonos tras una coraza que aumenta la sensación de soledad o vacío...

Mas info:
www.transformacion-interior.com

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